Documento 1

Hoy les comparto un pequeño ejercicio de escritura creativa... Es probable que lo lea luego de ser compartido y no me agrade, pero, es parte de este juego que nos regala la posibilidad de escribir por placer.

Tomada de: https://bit.ly/2FkQPcd 

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Ella escuchaba música como cualquier día. Su play list estaba en aleatorio, cualquier tipo de ritmos podrían reproducirse, nunca se sabía qué sentía, ni en qué pensaba. Y es que alguien que escucha un fragmento de Sonata para Piano en La Mayor No. 11 de Mozart, seguido de La Bala de Calle 13; no resulta nada predecible.

Con una taza de café humeante en su mesa y una página de Word en blanco en frente. La vida sucediendo alrededor. Mientras, la hoja del Documento 1 la miraba inerte, esperando tal vez servir de algo a la extraña alma que la había convocado.

De pronto, una palabra hizo presencia “cloud” ni siquiera en español, seguro salió de su play list, pero, allí estaba, ya la hoja no estaba inerte, ni vacía, una palabra al menos ocupaba su gran espacio. Nada mal para un documento ansioso por ser habitado. Sólo eran necesarios otros caracteres que fueran sucediéndose unos a otros hilados por el sentido. Pero “cloud” no era algo que habitual para iniciar una oración en español, tal vez, si tan solo hubiese aparecido acompañada de un artículo, o de un adjetivo. Pero “cloud” era extraño que por sí sola pudiera invocar una extraordinaria historia, para la cual, esa hoja se había preparado.

Contaba con los márgenes perfectos, el “Times New Roman” preciso para ser sobrio, el interlineado ideal para una buena lectura y sin estar justificado porque visualmente es mejor para su revisión. Estaba destinado para un gran capítulo de algo excepcional, o con suerte, de unas cuantas historias dignas de publicación. Temía el cruel destino de terminar en la papelera, o no ser lo suficientemente deseado para ser guardado. Morir como un simple Documento 1 sin haber al menos descansado en alguna de las 30 carpetas del computador.

Pasó mucho tiempo sin que se diera indicios de que seguiría algo luego de ese “cloud”. De pronto, otra palabra “miel”. En qué estaría pensando ella esta vez, qué clase de mensaje secreto descifraba. Cloud y Miel ¿a dónde conducía eso? ¿Otra palabra de lo que escuchaba, tal vez?

Mientras, el Documento 1 imaginaba lo que sucedía, ella seguía escuchando música, con la mirada fija en el monitor, acariciando apenas las teclas, y dejando escapar algunos caracteres, palabras que iban apareciendo de pronto, le gustaba jugar a iniciar sus escritos con palabras al azar, como si jugara a encontrar piezas sueltas que acompañaran esa palabra que aparecía de la nada. A veces, ocurría que actuaba como poseída por las palabras, de pronto escribía “montaña” y no paraba hasta las tres o cuatro cuartillas. Se detenía para ver el resultado, con suerte, si cobraba sentido para ella, lo archivaba, en su mayoría desechaba los resultados sin darle la oportunidad de una segunda lectura. Era su método, extraño y algo absurdo, pero era su juego favorito.

Era diferente cuando no jugaba, cuando escribía para su trabajo, allí partía de una idea, le tocaba investigar, y hacer que las palabras respondieran a su objetivo inmediato. Ya era suficiente con hacer eso tres veces por semana. El resto de sus momentos frente al ordenador los dedicaba al juego. A veces, el esparcimiento iniciaba con la primera palabra de una canción elegida por simple casualidad, o a partir de una frase escuchada en alguna película o serie. Muchos de sus juegos terminaban con una sola palabra, no avanzaba, ganaba el tedio.

Pero cómo iba a saber el Documento 1 qué destino le aguardaba. Seguía ansioso esperando nuevas palabras, para convertirse así en alguien digno de ser conservado. Luego de una desesperante espera, cloud y miel fueron sombreadas y desaparecieron. De nuevo no era más que una hoja en blanco. Enseguida, una frase fue escrita de manera rápida “50 Preguntas para saber si mi novio me conoce bien”. Sin duda, era el inicio de algo más. Exactamente de tres cuartillas más, escritas muy de prisa, como si se tratara de un simple dictado. El Documento 1, ya dejaba de ser un sujeto sin nombre, ahora su nueva identidad era “articulo_18_09_19”. No sería desechado, pero en el fondo no estaba conforme, esperaba ser un buen resultado de ese apasionante juego de palabras, que ella hacía funcionar en algunos intentos. Habría querido un mejor destino. Pero estaba bien, al menos, reposaría en su ordenar, sería compartido, y con suerte habría valido la pena. Mientras seguiría imaginando qué historias habrían compuesto “Cloud” y “miel”.


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